“Periderm Disorder Syndrome”: a New Name for the Syndrome Formerly Referred to as Pink Eye

Abstract

The “periderm disorder syndrome” (PDS), colloquially referred to previously as “pink eye”, is a physiological disorder caused by the death of the meristematically active layer of periderm cells (phellogen) and subsequent degeneration of the associated native periderm. This disorder occurs at a time when phellogen cell division is essential in the production of new periderm to cover and protect the expanding tuber surface and replace sloughed cells during later stages of rapid tuber growth. The characteristic degeneration and loss of periderm integrity, including the barrier provided by the suberized phellem, results in the aberrant induction of internal suberization. These aberrations often include accumulations of suberin polyphenolics (SPP) on neighboring cortical parenchyma cell walls as part of an erratic regenerative response to protect the vulnerable underlying tissues. Autofluorescence of the excessive accumulation of SPPs in cortical tissues located beneath the dysfunctional, or absent, periderm of afflicted tubers is a durable characteristic of extreme PDS. Conversely, the pinkish coloration sometimes associated with the PDS often is not present, and if present it is frequently barely discernable and ephemeral. Therefore, the pinkish coloration is not a reliable diagnostic nor does it lend itself to an appropriate name. Rather the syndrome is characterized by degeneration of the periderm and induction of erratic regenerative responses (mainly SPP accumulations) that are diagnostic and indicative of PDS. As such, “Periderm Disorder Syndrome” is a more accurate and descriptive name for this erratic and costly problem.

Resumen

El “síndrome del desorden del peridermo” (PDS), coloquialmente referido previamente como “ojo rosado”, es un desorden fisiológico causado por la muerte de una capa activa meristemática de células del peridermo (felógeno), y la subsecuente degeneración del peridermo nativo asociado. Este desorden se presenta en un momento cuando la división celular del felógeno es esencial en la producción de peridermo nuevo para cubrir y proteger la superficie del tubérculo en expansión y reemplazar las células desprendidas durante los estados posteriores de crecimiento rápido del tubérculo. La degeneración característica y pérdida de la integridad del peridermo, incluyendo la barrera provista por el felema suberizado, resulta en la inducción aberrante de suberización interna. Estas aberraciones a menudo incluyen la acumulación de polifenoles de suberina (SPP) en las paredes celulares del parénquima cortical vecino, como parte de una respuesta errática regenerativa para proteger los tejidos subyacentes vulnerables. La autofluorescencia de la acumulación excesiva de SPPs en tejidos corticales localizados abajo del peridermo disfuncional, o su ausencia, de tubérculos afectados, es una característica durable de PDS extremo. Inversamente, la coloración rosada algunas veces asociada con el PDS con frecuencia no esta presente, y si lo esta, es débilmente discernible y efímera. De aquí que la coloración rosada no es un diagnóstico confiable ni tampoco le proporciona un nombre apropiado. Más bien, el síndrome se caracteriza por degeneración del peridermo e inducción de respuestas regenerativas erráticas (principalmente acumulaciones de SPP), que son diagnóstico e indicación de PDS. Como tal, el “síndrome del desorden del peridermo” es un nombre más preciso y descriptivo para este problema errático y costoso.